Cuando estemos heridos, oremos y busquemos a Dios

Cuando estamos heridos…

La oración es manantial de fortaleza y consuelo.

La oración nos ayuda a elevarnos sobre nosotros mismos, a mitigar nuestros temores y nuestras angustias, a reconocer nuestras bienaventuranzas y a dar gracias por ellas.

Las adversidades y penas de la vida resultan menos difíciles de soportar si las aceptamos como parte de la manera de vivir y nos damos cuenta de que tantos los unos como los otros, compartimos muchas de las mismas penalidades y tragedias. El tiempo ayuda mucho en combatir al dolor y la angustia; si nos damos tiempo, nuestras heridas siempre llegarán sanarse.

Claro está, que por mucho tiempo que pase, las adversidades dejarán cicatrices, pero las heridas mismas se irán haciendo menos dolorosas cada vez. Si contamos con Dios en nuestras vidas, si le hablamos y le oramos para acercarnos a Él, todo lo podemos lograr, y toda prueba la podremos superar. Confiemos en Dios, esa es la clave. Si algo no sale como queremos, tengamos esperanza de que Él lo sabe, y de que nos ama muchísimo, demasiado como para olvidarse de nuestras vidas heridas. Demos tiempo al tiempo para ver cómo vamos a lograr que nuestros sueños se hagan realidad; y acerquémonos más a Dios, que tiene la solución para nuestras vidas.

Gracias mi Señor por darme bálsamo para mi corazón herido.
Gracias por poder orar, buscarte y encontrarte.
Gracias por todo lo que me das, confío en ti.

Todo lo pido en  tu santo nombre.

Amén.

©Autor: Shoshan

Categorías Por problemas, Mensajes cristianos

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